El 7 de septiembre se realizó el acto homenaje, en El Campito, uno de los
más grandes centros clandestinos de detención, tortura, exterminio, maternidad y
apropiación de bebés, de la última dictadura militar, ubicado en Campo de Mayo.
El Campito pudo ser encontrado a partir del testimonio de Cacho Scarpati, quien
estuvo detenido-desaparecido en el mismo, y del cual pudo fugarse.
El ingreso en territorio militar, aun cuando está atravesado por la
cotidianidad de la vida civil, hace aparecer las tensiones no resueltas entre el
silencio de los genocidas, la lucha revolucionaria de compañeros y compañeras,
las consecuencias de la derrota, la persistencia en la búsqueda de la verdad y
la tenacidad de la militancia en transformar la realidad; todo en el marco de un
gobierno antipopular y neoliberal.
Transitamos hacia los sedimentos de lo que fuera el mayor campo de
concentración y exterminio clandestino del país de la última dictadura
cívico-militar: El Campito. Vamos a homenajear a un compañero, sí. Y junto con
él, vamos a recordar a tantos otras y otros luchadores que pasaron por allí. Es
un espacio que “a la vista” sólo muestra la aspereza de la naturaleza que allí
habita: árboles con espinas, pastos pinchudos, tierra y barro. Pero cuando los
relatos comienzan, aparecen los croquis y las explicaciones de lo que queda por
hacer…ese terreno nos interpela.
Marchamos a remover sentimientos, escuchar historias de vida, de
militancia, de lucha y de supervivencia. Caminamos a reactualizar la memoria de
nuestro pueblo sobre un momento oscuro de la política de nuestro país. Somos
muchas organizaciones que tenemos allí compañeros y compañeras para recordar.
Muchas son peronistas, otras, no. Y no importa, porque encontrarnos desde la
particularidad de cada identidad política ya constituye un hecho político.
Un acto de homenaje a Cacho Scarpati especial porque coincide con la
celebración de los 33° años de la fundación del Peronismo 26 de Julio. Se
impone, así, una reflexión política. El actual Secretario nacional de la
organización, logra expresarla con palabras claras: Cacho pudo dar el testimonio
que dio porque era un cuadro político estratégico revolucionario; su permanencia
en El Campito estuvo signada por una misión “vivir para contarlo”, así memorizó
los nombres de cada compañero, los alias de los represores; y todo esto no tenía
que ver con tener una memoria prodigiosa, no. Se trató de una memoria táctica y
estratégica: memorizar para luego denunciar.
Cacho, no sólo testimonió y denunció. También realizó un análisis profundo
de la derrota para la construir una herramienta política potente,
revolucionaria, con el fin de lograr la liberación del pueblo.
Secretaría de Prensa y Propaganda
Peronismo 26 de julio Regional Buenos Aires
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